domingo, 30 de enero de 2011

Guía de supervivencia de un Autor Novel - vol.13

Tal y como prometí, por fín llega la nueva entrega de la Guía de Supervivencia de un autor novel.
- Vol. 1 -> Organizar un discurso para una presentación
- Vol. 2 -> Publicidad y promoción
- Vol. 3 -> Envío del manuscrito a la editorial
- Vol. 4 -> Documentación
- Vol. 5 -> Cuestión de estilo
- Vol. 6 -> Diseño (edición práctica)
- Vol. 7 -> Conferencia escolar
- Vol. 8 -> Sentarse a escribir: La inspiración
- Vol. 9 -> Preparación del manuscrito
- Vol. 10 -> Estructura Interna de una Novela I (la estructura)
- Vol. 11 -> El cuaderno/libreta de bolsillo
- Vol. 12 -> Estructura Interna de una Novela II
En este caso, la nueva edición de la guía viene inspirada por el seminario que he tenido esta semana en el Máster, el cual me ha hecho reflexionar sobre ciertos aspectos de las conferencias y charlas en público. Algunas cosas ya las conocía, pero otras no, y creo que son unas técnicas muy útiles que nos puede ayudar a controlar nuestros nervios a la hora de exponer, captar y gestionar mejor la atención del público y explicar con mayor claridad los contenidos.


Técnicas para Hablar en Público

En ediciones anteriores, me he centrado más en dar consejos sobre cómo preparar una charla. Sin embargo, poco he hablado sobre qué hacer mientras se está dando esa charla que hemos preparado con anterioridad. Hay que tener muy presente que, a la hora de hablar en público, no es tan importante el contenido como el continente, es decir, casi debemos cuidar menos lo que vamos a decir que cómo vamos a decirlo. Un buen orador siempre atrapará la ateción del público, sea cual sea el tema de lo que esté hablando, mientras que la conferencia más interesante del mundo quedará arruinada si el conferenciante no está a la altura.

En primer lugar, cuando estructuremos nuestra charla debemos considerar las dos siguientes reglas: "Jamón-pan-jamón" y las "3-DDD". La primera hace referencia a la presentación en público como un sandwich muy especial en la que lo mejor del mismo está al inicio y al final, no en medio. Nunca se tendrá una segunda oportunidad para crear una primera impresión, por lo que la manera en la que nos presentemos a nosotros mismos y al tema del que hablaremos es muy importante para captar la atención del público y motivarles. Igualmente, el final de la charla les hará irse más o menos contentos, lo que afectará a la impresión general de la charla y el recuerdo de la misma, por lo que debemos de tratar que la despedida y cierre de la conferencia sea alegre, quizás con contenidos de humor, y que demuestre la disponibilidad del confereciante para resolver cualquier duda e, incluso, contactar con los interesados. Todo esto está muy relacionado con la segunda regla. Tenemos que decir lo que vamos a decir, decirlo, y luego volverlo a decir. Esto es, debemos anunciar el tema que trataremos, hablar sobre él, y luego resumir lo que hemos dicho para facilitar su retención. Así, un ejemplo de organización de la charla podría ser:
  • Jamón: Presentación y anuncio del tema
  • Pan: Contenido
  • Jamón: Resumen y cierre/despedida.
Sin embargo, no se trata tampoco de convertirnos en comediantes ni monologuistas. No debemos olvidar el contexto en el que nos movemos (sobre todo si estamos en una presentación de un libro y no en una charla escolar).

Por otra parte, en los casos que sea posible, es recomendable estar de pie y no parapetados setados tras una mesa: debemos aprender a gestionar el espacio. Estando de pie, podemos pasear por la sala (siempre que no estemos en un escenario, caso que nos oblicará a limitarnos a caminar por él a no ser la acústica nos permita bajar hacia las butacas de los oyentes). De este modo, podemos acercarnos a la audiencia, captando mejor su atención. Además, si se emplea esta técnica de forma combinada con la técnida de la "mirada-faro", conseguiremos atrapar a todo el público, evitar distracciones y, de paso, conectar con él consiguiendo una mayor empatía. Esta última técnica consiste en hacer un barrido con la mirada abarcando a toda la audiencia, contemplándola en toda su totalidad o haciendo pequeñas paradas en determinados puntos. Esto es muy importante, pues no podemos olvidarnos nunca de ninguna zona del público ni darles la espalda.

Otro aspecto muy importante son los gestos con las manos. Debemos intentar evitar cualquier tipo de tics, como rascarnos, abanicarnos con el papel o enrollarlo y desenrollarlo, mover las manos muy deprisa, esconderlas en los bolsillos, cruzarnos de brazos, etc... Los gestos son una poderosa herramienta que nos permite enfatizar lo que decimos, acompañando a las palabras para darles más fuerza, por lo que debemos tratar que nuestros movimientos sean coherenntes con nuestro discurso.

Igualmente, debemos cuidar la voz. No podemos hablar ni muy fuerte ni demasiado bajo. Tampoco podemos hablar muy deprisa. Debemos intentar encontrar el tono adecuado para la acústica del lugar e intentar vocalizar adecuadamente (que no es lo mismo que disimular el acento). Además, tan importante como las palabras es el silencio. La gestión adecuada de las pausas permitirá aumentar la curiosidad de la audiencia, además de dar más potencia al discurso. Podemos aprovechar el silencio para evitar repetir coletillas como "bueno", "¿vale?", "ehm", "um", y un largo etcétera. Aprovechemos las pausas para regular la velocidad del discurso y del pensamiento para que no vaya uno por delante del segundo, de manera que podamos pensar lo que vamos a decir a continuación y enlazar las frases con naturalidad. Además, los silencios nos ayudarán a separar con claridad temas diferentes o puntos distintos que queramos tratar.

Y para el final, unos pequeños trucos que ayudarán mucho a todas aquellas personas con miedo escénico que temen quedarse en blanco justo al comienzo. Lo primero es intentar evitar la profecia autocumplida. Si pensamos que vamos a aburrir, aburriremos; si pensamos que se nos olvidará el texto, lo olvidaremos. Recordad que, en estos casos, nadie en la audiencia sabe más que vosotros del tema. Lo mejor que se puede hacer para estos casos es preparar muy exhaustivamente las primeras frases que vamos a decir, puesto que una vez que hayamos arrancado, todo se irá desarrollando con mayor facilidad. Además, si tener una "chuleta" delante os tranquiliza, llevadla. Es mejor tener un papel en las manos (siempre y cuando no estemos leyendo todo el rato) que pasarnos toda la charla sufriendo por no tenerlo. Ante todo, tenemos que estar cómodos para poder trasmitir naturalidad.

Sé que son muchas cosas a tener en cuenta, pero hablar en público es como conducir: la práctica hace que interioricemos toda la información, la rutinicemos, y la ejecutemos de forma inconsciente.

¡Mucha suerte!

0 comentarios: