sábado, 1 de agosto de 2009

Cuando escribo

Esta mañana, al sentarme a escribir en el ordenador de mi tío en casa de mi abuela, me he dado cuenta de que estoy llena de manías y rituales para poder arrancar.

En primer lugar está la religiosa comprobación de visitas y comentarios en mi página web y en los blogs, tanto éste como el de la saga "Crónicas del Ángel Perdido". Luego, la búsqueda de novedades en el panorama musical en el que me suelo mover. Los que me conocen sabrán que soy incapaz de escribir una sola línea si no escucho música, así que ésta parte es muy importante porque si encuentro algo que no había escuchado antes me motivo más.

El ritual no tendría más importancia si no fuera porque suelo perder alrededor de una hora en los preparativos para la escritura, un tiempo considerable sobretodo en invierno cuando tengo clases y no dispongo de tanta libertad de horarios. También se de gente que no puede escribir sin su boli de la suerte o si no es en la hora exacta del día en la que mejor rinde.

Estuve reflexionando sobre si el ritual era ridículo o no. Además, como también me he dado cuenta de que tengo más manías de las que quisiera, me he estado planteando si debería controlarlo o no. Al final, he llegado a la conclusión de que mi pequeño ritual me permite concentrarme, aislarme de lo que sucede a mi alrededor y meterme con mayor facilidad en la historia que estoy narrando.

Me despido ya, que voy a ponerme mi ipod.

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