A pesar de que no ha pasado tanto tiempo...

No hace tanto que decidí para el avance de la segunda parte de Crónicas del Ángel Perdido para poder dedicarme a los estudios ya que se me acercaban las fechas de exámenes. Una época durilla, sobretodo si tenemos en cuenta que se juntó con la actividad promocional de la primera entrega. Para mí, escribir es una actividad que me toma las 24 horas del día, no tanto pegada al ordenador, pero sí pensando en la historia, y me es prácticamente imposible desprenderme de algo que está tan dentro de mí. Y por eso mismo debía cortar por lo sano. Los horarios no me valían, debía tomarme un descanso si quería poder centrarme bien en estudiar en este"último achuchón", como llama mi madre a los exámenes de junio.

De cualquier modo, ayer abrí de nuevo el archivo donde está guardado todo lo que llevo de la segunda parte. Lo releí y, sin poder evitarlo, mis dedos se deslizaron por el teclado del ordenador. Magia lo llamo yo a veces, inspiración lo llaman otros. Y después de tanto tiempo, que en realidad no lo era tanto, escribí de nuevo. Casi no puedo describir la sensación que me invadió. Era como si el gusanillo de la literatura me susurrara al oído "¿No te habías dado cuenta? Me has echado de menos". Y sentí que realmente quería dedicarme a esto, mi hobbie, mi vocación.

Sin embargo, aún no he terminado los exámenes y debo tener cuidado. "Una semana" me dice mi gusanillo. "Nos vemos dentro de una semana" le respondo yo.